¡Qué
libro tan bonito! Quizás cuando citamos el título nos viene solo a la memoria
la recreación de Walt Disney y la famosa
canción de Baloo (“Busca lo más vital, no más…”). Sin embargo, las historias de
Moogly y sus amigos en la selva, desde
los lobos que lo acogen, pasando por la
pantera Bagheera; Chil, el milano; Kaa, la serpiente pitón: Hathi, el elefante…
hasta su enfrentamiento con Shere Kan, cuya piel es clavada en la Pena del
Consejo, constituyen una parte de la obra. Son muy amenas y con una lección
subrepticia que apenas se aprecia. Cabe llamar la atención sobre oraciones como
“Está visto que los hombres no están contentos más que cuando pueden construir
trampas para sus semejantes” o la definición del dinero, “eso que pasa de mano
en mano, y siempre está frío.” Tras estas breves narraciones, el autor se
centra en otras historias muy divertidas también, como la de“Rikki-tikki-tavi”,
una mangosta que salva a varios miembros de una familia; “La foca blanca”, “El
milagro de Purum Bhagat”, “Toomai el de los elefantes " o “Los servidores de su majestad”, en el que un
camello, un mulo, un caballo, unos bueyes y un elefante, hablan sobre sus
respectivos trabajos en el ejército y, con ellos, se explica la jerarquía
existente también entre los hombres. El orgulloso cocodrilo Múgger, es el
protagonista de “Los enterradores” y de él cabe citar también dos frases
sentenciosas: “aquel que desprecia al mundo será despreciado por él” o “la
excesiva urbanidad es, a veces, tan mala como la excesiva descortesía, porque,
como dice el proverbio, hasta con requesones puede ahogarse a un convidado”.
¡Muy inteligentes!, ¿verdad?
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