Si comparamos los relatos de este libro con las Leyendas de Bécquer, por ejemplo, podemos comprobar cómo la calidad literaria de esta última y el suspense que crea en el lector es superior. A pesar de que aparecen personajes, situaciones y lugares supuestamente "atractivos", como el monstruo del lago Ness, la tumba de Tutankamón, los moai de la Isla de Pascua, el Triángulo de las Bermudas o la Antártida, la mezcla entre elementos contemporáneos y fantásticos no está lograda. Quizás se pretendiese "enganchar" al joven lector, pero difícilmente lo logrará estimando que "lo misterioso" no encaja en el resto del relato y, cuando quizás se esperase que lo extraño y legendario continuase, el final de la mayoría de los textos resulta abrupto.
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