Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar

Luis Sepúlveda

En la portada del libro, editado por Tusquets, podemos leer "una novela para jóvenes de 8 a 88 años". Es decir, nos encontramos con una novela que puede leer cualquier persona, y de forma indirecta es una crítica a los famosos catálogos en los que se circunscribe la edad del lector, como si aquellos autores clásicos de aventuras, con los que se puede disfrutar realmente de la lectura hubieran pensado en un joven , maduro o anciano lector. ¿No puede disfrutar una persona de cuarenta años leyendo La vuelta al mundo en ochenta días? Pues sí, y aquí pasaremos un rato agradable siguiendo las peripecias de Zorbas, Sabelotodo, Colonello y Secretario para ayudar a la pobre Afortunada, una gaviota que se ha quedado huérfana y a la que han de enseñar a volar. Casualmente, en las enciclopedias no aparecen este tipo de aprendizajes, pero un poeta al que Zorbas, el gato negro, oyó leer lo que escribía ("hermosas palabras que alegran o entristecen, pero siempre producen placer y suscitan deseos de seguir escuchando") les presta su ayuda. ¿Cómo? La clave está en unos versos de Bernardo Atxaga.